“Debemos jugar por el amor a ganar y no por el temor a perder”.
Por: Juan Diego Martínez Gil 21 de Agosto 2018
El conformismo de nuestra cultura se ve reflejado en todos los ambientes y aspectos de la vida cotidiana, y el fútbol no se escapa de esta postura, desde las directivas de un equipo se transmite su perfil de eficacia o de mediocridad y esta sensación recae en la hinchada.
En la gerencia es donde prima el dinero, y hay equipos que no toman las oportunidades como una inversión sino como un gasto, no crean proyectos a largo plazo, no hay motivación para llegar a la gloria o hacer historia. Esto se transmite al equipo de fútbol, haciéndoles saber que el torneo lo tienen que terminar bien, pero sin ayuda de las directivas.
Esta “cultura conformista futbolera” se ve transmitida en los escenarios deportivos, por lo menos en Colombia, clubes que entrenan durante toda una semana y se “preparan” para afrontar la fecha correspondiente del torneo, pareciera durante el trámite del partido que entrenaron o plasmaron el partido por lo menos para tratar de sacar un empate, y aquí entra el discurso de “Es que jugamos contra el líder “ , “Con un empate nos basta”… Y es que no se trata de salir a jugar un partido de manera descarriada, no, lo que realmente importa es salir con la intención de ganar el encuentro, pero eso en algunos equipos de hoy es difícil de asimilar.
Cabe recordar las palabras de Juan Carlos Osorio durante su paso por la Selección Mexicana de Fútbol en el pasado Mundial, previo a su encuentro contra la campeona Alemania, expresó : “En un partido de fútbol hay que salir a jugar por el amor a ganar y no por el temor de perder”. Cómo dice la expresión “Esto cae como anillo al dedo” para algunos equipos colombianos quiénes en su visita a otras plazas, van con la intención de empatar, o en uno de los casos más habituales en este deporte es que : El equipo A, tiene las posibilidades de fabricar jugadas con riesgo para llegar al objetivo que es el gol, por medio de falencias o debilidades del equipo B, se dan cuenta de los errores que comete el adversario más sin embargo no se atreven a proponer el vértigo del juego , a usufructuar la mala estrategia del contrario.
Cuando el equipo A adquiere su primer tanto, su primer gol, cambia totalmente el esquema de juego y todo por no arriesgar el gol que ya tienen de ventaja,
“Aseguremos el 1-0” y resulta que el equipo contrario continúa mostrándose débil en momentos del partido, no aprovecha sus habilidades ni individuales, ni colectivas pero el equipo A no quiere volver a atacar por su conformidad con el resultado.
Sin duda alguna se transmite también al espectador o aficionado que va las canchas, motivado por su pasión al deporte, espera un espectáculo en el terreno de juego y durante el partido cambia su perspectiva inicial, porque el juego que ve es sin alguna intención, sin una ideología clara, y recordemos que el arte de este deporte no es sólo el resultado sino de cómo se adquirió este, tal vez por este motivo hoy los estadios en Colombia no llenan sus graderías, no terminan vendiendo toda su boletería, e inclusive al terminar el encuentro resultan chiflando o a los jugadores o al director técnico aún así su quipo esté en la cima de la tabla de posiciones.
Hoy los equipos de fútbol deben ser ambiciosos en proyectos deportivos y dentro del terreno de juego, no solo conformasen con un resultado mínimo, sino de crear más oportunidades para terminar colmando el buen gusto de los aficionados, y podremos resultar diciendo como Javier “El chicharito” Hernández: “Imaginémonos cosas chingonas”.
Foto tomada de Google: Wbeimar Lo Dice
